Capítulo 1
Mito: Los vampiros no mueren.
Verdad: Por lo general cierto. Pero seguro se puede fingir.
Yo, Mina Hamilton, estoy oficialmente muerta. Oficialmente, oficialmente. Lo que sea, yo tengo: el certificado de defunción (que no estoy autorizada a tener en un libro de recuerdos, por la Agencia de Relocalización de Vampiros), la necrología en el periódico (deprimente resumen, si me preguntan a mí, y es lo mismo sobre el libro de recuerdos), y un funeral. Un funeral que, por cierto, el matón ARV personal de mi familia no me dejó asistir.
¿Cuál es el punto de tener un funeral si no puedes ir a ver a quien le importabas lo suficiente como para ir? Escogí un excelente disfraz y todo, pero Josh-rator me puso bajo total arresto domiciliario.
¿O debería decir arresto hotelero? No es como si yo –o en realidad, nadie de mi familia- pueda ser visto en nuestra casa, desde que, ya sabes, estamos muertos.
Pero tal vez debería regresar ahí por un minuto. En caso de que no hayan seguido mis movimientos (¿y porque lo harían?). Al final de mi primer año de secundaria, mis padres dejaron caer la v-bomba. Claro, yo sabía que eran vampiros (quiero decir, duh, he vivido con ellos toda mi vida), pero el estúpido Consejo Regional Noroeste de Vampiros me hizo elegir si quería ser uno. Eso significaba:
a) Que tenía que asistir a sesiones de información de vampiros (también conocido como la propaganda-vampiro a favor de las clases) impartido por esa mujer vampiro loca llamada Sra. Riley (alias la abuela Wolfington) para que pudiera tomar una informada decisión sobre mi futuro como chupadora de sangre,
b) eso había apestado completamente hasta que me encontré con George, mi novio y (¿Quién sabe?) posiblemente el amor de mi no-vida, y
c) en última instancia, decidí que si, prefiero ser un vampiro y quedarme con mi familia a recibir un lavado de cerebro y perderla para siempre. (Aunque estaría mintiendo si dijera que estaba dejando a mi amiga Serena, porque no lo estoy. Ella lo sabe todo y no me importa lo que el consejo diga… bien, si mi importa, pero no les estoy diciendo).
Así que eso me trae a esta semana. Un minuto mi mamá me dice que es hora de morir (y yo digo, “¿eh? ¿Qué más que muertos-vivientes podríamos estar?”) y lo siguiente, Josh-rator está en nuestra puerta listo para hackaer mi vida. Porque aparentemente el Consejo decidió que no podemos seguir viviendo aquí. Pero cuando eres un vampiro no puedes simplemente llamar a U-Haul y programar un día de mudanza como las personas normales. No, tienes que desgarrar tu vida. Y aquí estaba yo esperando que el Consejo y la ARV se alejaran de nosotros desde que teníamos todos derechos legales y ahora era un vampiro registrado de buena fe.
Me las arregle para enviarle un mensaje de texto a Serena antes de que Josh-rator confiscara mi celular:
Enviando mensaje a (Serena)
Yo (3:44 p.m): No t pongs histérica sin importar q. No respondas est mensaje.
Era una buena cosa, ya que ella me habría matado si se enteraba que no estaba muerta (ósea, muerta-muerta, no solo no-muerta) después de todo el fiasco del funeral.
No solo me perdí mi funeral, también me perdí mi propia muerte. “Su presencia no es necesaria,” fue lo que Josh-rator dijo. Huh. Eso no me parece totalmente correcto, pero la ARV y el Consejo saben como arruinar la diversión de todo.
Josh por lo menos consiguió una copia del artículo que se publicó acerca de nuestra desaparición (después de advertirme por lo menos cinco veces de que debía destruirlo después de leerlo). Fue muy linda, ya sabes, por como son estas cosas:
Familia local muere en trágico accidente de auto.
Cuatro personas murieron en un accidente de tránsito en el condado de San Mateo la noche pasada. Según testigos presenciales, un perro grande, u otro mamífero se lanzo frente a su auto, haciendo al conductor virar bruscamente de la carretera a la barandilla. El auto, una camioneta color plateada, a continuación, según los informantes, continuo durante la barrera de protección hasta car en el Océano Pacífico. La zona, conocida como “El tramo del diablo” se ha cobrado ya muchas vidas en los últimos años.
El detective Lee, de departamento de policía de San Mateo comentó, “Este es uno de los peores accidentes que he visto en un largo tiempo, y he visto ya mi cuota de tragedias. No hay manera de que la familia pudiera haber sobrevivido a una caída de esa altura.” Entre los fallecido están Bob y Marianne Hamilton y su hija de diecisiete años, Mina, así como Mortimer Hamilton, tío del padre…
El detective Lee, de departamento de policía de San Mateo comentó, “Este es uno de los peores accidentes que he visto en un largo tiempo, y he visto ya mi cuota de tragedias. No hay manera de que la familia pudiera haber sobrevivido a una caída de esa altura.” Entre los fallecido están Bob y Marianne Hamilton y su hija de diecisiete años, Mina, así como Mortimer Hamilton, tío del padre…
A continuación venían cosas como mantener al perro en control y el problema con la barandilla a lo largo de la carretera y la polémica sobre si la ruta debe ser reconstruida totalmente, etc., etc. Y había una foto de la cola final de nuestra minivan sobresaliendo (apenas) del océano. No voy a decir que extrañe la cosa, que estaba en las últimas en sus piernas traseras, de todos modos. O ruedas traseras, como sea.
¿Los relatos de los testigos? Todos eran de la ARV. Así como el comisario de la cita, y según lo que se, también el tipo que escribió el articulo del periódico. Si hay algo que se pueda decir sobre los ARV es que son muy exhaustivos. Y muy, muy actuales. En todo el maldito tiempo. Tal vez lo hacen para que no tengan oportunidad de retirarse de la reubicación o para no perderse cosas por hacerte ver en un lugar visible cuando se supone deberías estar muerto. O tal vez solo les gusta ser molestos.
Así que aquí estoy, atrapada en un motel de mala muerte en las afueras de mi ciudad natal. Mamá y papá están fuera en conferencia con Josh-rator en una “localización secreta” (es decir, probablemente, una casa de panqueques o algo así), lo que significa que por fin estoy sola por primera vez desde que empezó todo este fiasco. Tío Mortie debía permanecer y cuidar de mi, pero desapareció después de Josh-rator, murmurando algo acerca de “tener que ver un par te cosas” (lo que probablemente significa que hay tanto una rubia o una hamburguesa en su futuro, o ambas si tiene suerte). Josh-rator no puede confiar en mí, pero al menos el tío Mortie lo hace.
No es que el debiera. Confiar en mí, quiero decir. Porque ¿Cuál es la primera orden del día para la nueva Mina? Un gran “¡Hurra!” con mis mejores amigos. No hay manera de que me vaya de la ciudad sin una fiesta. Y es cuestión de tiempo de que George se dé cuenta de que Serena sabe lo de los vampiros, de todos modos. Odio guardar secretos a mi novio.
Como vamos a salir esta noche, tengo que averiguar que ponerme para que nadie me vaya a reconocer. Pero no hay manera de que pueda armar un disfraz decente con el material de este vertedero. Solo tengo mi único y pequeño maletín de la ARV con un poco de cosas, que son:
a) Mi cuaderno de las clases de vampiros, ya que con suerte (pero probablemente dudoso) anote algunas de las cosas que siempre dice Josh-rator (y además, no es el tipo de cosas que dejas atrás para que alguien descubra), y
b) mi foto favorita de mí y Serena, y una foto del baile mía con George y Nathan y Serena, todos mirando atentamente (la tengo de contrabando de los ARV, escondida en mi cuaderno de notas), y
c) un par de mi ropa favorita (mi vestido de Ella Moos, un par de pantalones vaqueros, mi blusa favorita y una camisa de George que todavía huele a él9, y
d) el Sr. Grumos. Porque no hay manera de que me vaya sin mi osito de peluche. No me importa lo que la ARV diga al respecto.
Mi única opción es ponerme el gorro de la ducha que parece que ha estado aquí desde los años noventa. De alguna manera pienso que eso no me haría menos notable de lo que soy ahora. Eso espero, de todos modos.
Tiempo para el plan B. Llamo a Serena desde la recepción del hotel, después de darle al recepcionista una historia sobre como el teléfono de nuestra habitación no está funcionando, en caso de que la ARV tenga el control de nuestras llamadas (apostaría eso). Le digo que venga con el material de su disfraz listo y se reúna conmigo en la cafetería que vi en la esquina del hotel. No es que cualquiera que me conozca estará en la cafetería a mitad del camino a la ciudad comiendo bollos o nata o lo que sea que se coma con el café. Podremos ponernos el disfraz ahí. O puedo, quiero decir. Serene no necesita realmente uno. Su aspecto normal es un muy buen disfraz.
¿Los relatos de los testigos? Todos eran de la ARV. Así como el comisario de la cita, y según lo que se, también el tipo que escribió el articulo del periódico. Si hay algo que se pueda decir sobre los ARV es que son muy exhaustivos. Y muy, muy actuales. En todo el maldito tiempo. Tal vez lo hacen para que no tengan oportunidad de retirarse de la reubicación o para no perderse cosas por hacerte ver en un lugar visible cuando se supone deberías estar muerto. O tal vez solo les gusta ser molestos.
Así que aquí estoy, atrapada en un motel de mala muerte en las afueras de mi ciudad natal. Mamá y papá están fuera en conferencia con Josh-rator en una “localización secreta” (es decir, probablemente, una casa de panqueques o algo así), lo que significa que por fin estoy sola por primera vez desde que empezó todo este fiasco. Tío Mortie debía permanecer y cuidar de mi, pero desapareció después de Josh-rator, murmurando algo acerca de “tener que ver un par te cosas” (lo que probablemente significa que hay tanto una rubia o una hamburguesa en su futuro, o ambas si tiene suerte). Josh-rator no puede confiar en mí, pero al menos el tío Mortie lo hace.
No es que el debiera. Confiar en mí, quiero decir. Porque ¿Cuál es la primera orden del día para la nueva Mina? Un gran “¡Hurra!” con mis mejores amigos. No hay manera de que me vaya de la ciudad sin una fiesta. Y es cuestión de tiempo de que George se dé cuenta de que Serena sabe lo de los vampiros, de todos modos. Odio guardar secretos a mi novio.
Como vamos a salir esta noche, tengo que averiguar que ponerme para que nadie me vaya a reconocer. Pero no hay manera de que pueda armar un disfraz decente con el material de este vertedero. Solo tengo mi único y pequeño maletín de la ARV con un poco de cosas, que son:
a) Mi cuaderno de las clases de vampiros, ya que con suerte (pero probablemente dudoso) anote algunas de las cosas que siempre dice Josh-rator (y además, no es el tipo de cosas que dejas atrás para que alguien descubra), y
b) mi foto favorita de mí y Serena, y una foto del baile mía con George y Nathan y Serena, todos mirando atentamente (la tengo de contrabando de los ARV, escondida en mi cuaderno de notas), y
c) un par de mi ropa favorita (mi vestido de Ella Moos, un par de pantalones vaqueros, mi blusa favorita y una camisa de George que todavía huele a él9, y
d) el Sr. Grumos. Porque no hay manera de que me vaya sin mi osito de peluche. No me importa lo que la ARV diga al respecto.
Mi única opción es ponerme el gorro de la ducha que parece que ha estado aquí desde los años noventa. De alguna manera pienso que eso no me haría menos notable de lo que soy ahora. Eso espero, de todos modos.
Tiempo para el plan B. Llamo a Serena desde la recepción del hotel, después de darle al recepcionista una historia sobre como el teléfono de nuestra habitación no está funcionando, en caso de que la ARV tenga el control de nuestras llamadas (apostaría eso). Le digo que venga con el material de su disfraz listo y se reúna conmigo en la cafetería que vi en la esquina del hotel. No es que cualquiera que me conozca estará en la cafetería a mitad del camino a la ciudad comiendo bollos o nata o lo que sea que se coma con el café. Podremos ponernos el disfraz ahí. O puedo, quiero decir. Serene no necesita realmente uno. Su aspecto normal es un muy buen disfraz.
Fin del capítulo 1
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