VICTORIA Rendle disfrutaba de unos días de descanso alejada de las complicaciones que habían hecho aparición en su vida a raíz de su primer gran éxito como novelista. En poco tiempo había dejado de ser una joven promesa para convertirse en una escritora consagrada, en un nombre importante en la literatura argentina, pero estaba agotada y, a los dos meses de la aparición de su libro en el mercado, huyó de Buenos Aires para refugiarse en la estancia de sus padres. Aunque el viaje hasta allí era largo y cansado, estaba dispuesta a tomarse un mes de vacaciones y a afrontar los inconvenientes de su desplazamiento.
Cred. en el libro.
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